Curator Miguel A. López
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Opening
Thursday 22 September 2022, 7pm
Exhibition Dates
23 September - 11 November 2022
Wednesday - Saturday
3pm - 8pm
proyectoamil
Lima
Letter to Enter the Underground Paradise of Mynerva and Abaddon
Dear Wynnie,
Dear María,
I write this letter in an attempt to condense the whirlwind of sensations that your works provoke in me in this underground paradise. I wonder how to make my words have a dissolving effect, just as you make all boundaries and bodily categories burn through a burst of textures and colors. Although I am addressing this letter to you, I feel that in reality, I am writing to the community of affection and complicity that cares for you and accompanies you, that lives in your saliva, in your skin, in your fantasies, in your parties, in your breathing. I perceive in these works the sweat of many shared battles. For these images to exist, you have had to survive; you have traveled and widened the paths that others opened before where there were only impenetrable walls. You are part of the same generation, you went to the same school, and you came from the same social class in a racist and elitist society. You have renounced the category of biological woman and belong to a collectivity of sexual dissidence and trans and non-binary activism that is earth-shaking. You are not what the phallocentric norm and the medical-scientific narrative proclaimed as female identities: You have redesigned your sexual organs to multiply pleasure and have introduced chemical, morphological, and hormonal variations into your flesh that collapse the architecture of modern anatomy.
In your paintings, Wynnie, the bodies rehearse ritual choreographies: as if they all came to celebrate with you the journey that allowed you to reach your anus as the sexual organ that best represents you. They are landscapes of sexual arousal, plagued by winged torsos, double penetrations, stigmas, sewn vaginas, the exhilarating and vasodilating effects of substances such as LSD or poppers, reclining bodies, bristling tongues, numerous anuses expelling feces as if it were a public ceremony and a form of dialogue with the earth, of fingernails dug into the skin. The monumentality of your pieces makes me feel that I am in front of the frescoes of a temple. Just as in the Renaissance it was thought that inside the marble there were souls waiting to be liberated, you, Wynnie, as a dissident transtemporal traveler, turn your canvases and pigments into an escape door for a grandiosity of beings that have abandoned their limits and bodily ties. Your paintings are also architecture: walls that open dark interstices in the white cube and influence our displacement. I am moved that they also commemorate your experience of surgery, transition, and escape from gender binarism since that was a journey you made in the company of Ali. Your paintings are a tribute to what sexual exploration, tenderness, and loving cooperation do in our lives.
Your sculptures, María, are glimpses of the future. Rare anatomies; exposed, stretched, pierced epidermis; pieces of flesh that flee the bony structure; vegetation and foliage that fantasize about a post-human ecology. These are also personal statements about what it means to modify your appearance in a world that punishes difference and deviation. Thus, your soft objects are a frenzy of delicacy and beauty that evoke the deep sea and sidereal landscapes. The sculptural oasis that welcomes us in the middle of the space, surrounded by your nameless creatures, seems to be the promise of an Eden for those who live a nomadic existence. You use embroidery and crochet to weave wounds, mucus, scabs, and bruises, but also countless specimens of the kingdom Fungi. The reproduction systems of fungi are the result of sexual recombination and fusion with their environment; they possess qualities of the plant and animal world without belonging to either. I see you camouflaged in that universe, escaping from the police processes of identification—of the nearly 4 million fungi, less than 150,000 have been registered by modern Western science—, claiming the trans outside of genital syntax and human morphology: a communication by electrical impulses, a filament network that plots an uprising below the ground.
The oil and cotton of your works converse, have a hallucinogenic depth, and make me forget my own body for a moment. There is much that we cannot touch with reason. This Paradiso is full of paintings and hanging fabrics, disemboweled and sewn anatomies, cocoons that are cells that are mandalas, scars, and traces of surgeries, threads that resemble melted skins, and bodily fluids as a form of spiritual communion. Freed from all laws and norms, your characters proudly carry what many consider aberrant; you invite us to open our bodies and look at the transformation of the flesh as a possibility of another life.
Miguel A. López
María Abaddon & Wynnie Mynerva
Paradiso
María Abaddon & Wynnie Mynerva
Paradiso
Curaduría de Miguel A. López
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Inauguración
Jueves 22 de septiembre de 2022
7pm
Fechas de la exposición
23 de septiembre - 11 de noviembre de 2022
Horario
Miércoles - sábados
3pm - 8pm
proyectoamil
Lima
Carta para ingresar al paraíso subterráneo de Mynerva y Abaddon
Queride Wynnie,
Querido María,
Les escribo esta carta en un intento de condensar el torbellino de sensaciones que me provocan sus obras en este paraíso subterráneo. Me pregunto cómo hacer para que mis palabras tengan un efecto disolvente, así como ustedes hacen arder todas las fronteras y categorías corporales a través de un estallido de texturas y colores. Si bien les dirijo esta carta a ustedes, siento que en realidad le estoy escribiendo a la comunidad de afecto y complicidad que les cuida y acompaña, que vive en su saliva, en su piel, en sus fantasías, en sus fiestas, en su respiración. Percibo en estas obras el sudor de muchas batallas compartidas. Para que estas imágenes existan, ustedes han tenido que sobrevivir; han recorrido y ampliado los caminos que otres antes abrieron allí donde solo había muros impenetrables. Son parte de una misma generación, fueron a una misma escuela, vienen de una misma clase social en una sociedad racista y elitista. Ustedes han renunciado a la categoría de mujer biológica y pertenecen a una colectividad de disidencia sexual y activismo trans y no-binario que es un temblor sobre la tierra. No son lo que la norma falocéntrica y el relato médico-científico proclamó como identidades femeninas: ustedes han rediseñado sus órganos sexuales para multiplicar el placer y han introducido en su carne variaciones químicas, morfológicas y hormonales que derrumban la arquitectura de la anatomía moderna.
En tus pinturas, Wynnie, los cuerpos ensayan coreografías rituales: como si todos vinieran a celebrar contigo la travesía que te permitió llegar a tu ano como el órgano sexual que mejor te representa. Son paisajes de excitación, plagados de torsos alados, dobles penetraciones, estigmas, vaginas cosidas, los efectos estimulantes y vasodilatadores de sustancias como el LSD o poppers, cuerpos reclinados, lenguas erizadas, numerosos anos que expulsan las heces como si fuera una ceremonia pública y una forma de diálogo con la tierra, de uñas clavadas en la piel. La monumentalidad de tus piezas me hace sentir que estoy frente a los frescos de un templo. Así como en el Renacimiento se pensaba que dentro del mármol había almas esperando ser liberadas, tú, Wynnie, como une viajere transtemporal disidente, conviertes tus telas y pigmentos en una puerta de escape para una grandiosidad de seres que han abandonado sus límites y ataduras corporales. Tus pinturas son también arquitectura: paredes que abren intersticios oscuros en el cubo blanco e influencian nuestro desplazamiento. Me conmueve que estas conmemoran también tu experiencia de cirugía, transición y escape del binarismo de género, ya que ese fue un viaje que hiciste acompañade de Ali. Tus pinturas son un homenaje a lo que la exploración sexual, la ternura y la cooperación amorosa hacen en nuestras vidas.
Tus esculturas, María, son destellos del futuro. Anatomías enrarecidas; epidermis expuestas, estiradas, agujereadas; pedazos de carne que huyen de la estructura ósea; vegetación y follaje que fantasean con una ecología poshumana. Son estas también declaraciones personales sobre lo que implica modificar tu apariencia en un mundo que castiga la diferencia y la desviación. Por ello tus objetos blandos son un frenesí de delicadeza y belleza que evoca las profundidades marinas y los paisajes siderales. El oasis escultórico que nos recibe en medio del espacio, rodeado de tus criaturas sin nombre, parece ser la promesa de un Edén para quienes viven una existencia nómada. Usas el bordado y el crochet para tejer heridas, mucosidad, costras y moretones, pero también innumerables especímenes del reino fungi. Los sistemas de reproducción de los hongos son el resultado de una recombinación y fusión sexual con su entorno; estos poseen cualidades del mundo vegetal y animal sin pertenecer a ninguno de ellos. Te veo camuflado en ese universo, escapando a los procesos policiales de identificación –de los cerca de 4 millones de hongos, menos de 150 mil han sido registrados por la ciencia moderna occidental–, reclamando lo trans por fuera de la sintaxis genital y de la morfología humana: una comunicación por impulsos eléctricos, una red de filamentos que traman un levantamiento por debajo de la tierra.
El óleo y el algodón de sus obras conversan, tienen una profundidad alucinógena y me hacen olvidar por un momento de mi propio cuerpo. Hay mucho que no podemos tocar con la razón. Este Paradiso está repleto de pinturas y telas colgantes, anatomías destripadas y cosidas, capullos que son células que son mandalas, cicatrices y huellas de operaciones, hilos que asemejan pieles derretidas y fluidos corporales como una forma de comunión espiritual. Liberados de toda ley y toda norma, sus personajes portan con orgullo lo que muchos consideran aberrante; ustedes nos invitan a abrir nuestros cuerpos y mirar la transformación de la carne como una posibilidad de otra vida.
Miguel A. López